Federación de Asociaciones Cannábicas (FAC)

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31 julio 2008

Responsabilidad e irresponsabilidad en los usuarios de drogas

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Añeja imagen de un 'dope fiend' clavadito a Tio Vampus
Los usuarios de drogas prohibidas no gozamos de muy buena prensa. Se suele achacar nuestro consumo a la debilidad de carácter, a la falta de autoridad paterna, a la desestructuración familiar, a defectos genéticos, a la influencia de las malas compañías y a un sinfín de causas, todas ellas negativas. Cualquier cosa antes de admitir que los humanos tenemos una tendencia innata a buscar el placer y de reconocer que esta es la principal motivación para el uso de drogas, una motivación perfectamente noble, buena y justa siempre y cuando no dañemos a un tercero.

Estos daños se pueden dar, por supuesto, pero son achacables a la irresponsabilidad de algunos consumidores, no al consumo en sí, y esto es algo que ha olvidado la FAD en su última y torticera campaña de propaganda. Por eso no castigamos el consumo de alcohol y sí a los que se ponen al volante bajo sus efectos. Por eso no prohibimos el tabaco, sino su uso en determinados espacios. La FAD hace un flaco favor al esfuerzo contra la violencia doméstica cuando se abona a la tesis de que una droga puede convertir a una persona normal en un maníaco homicida (siguen resonando los ecos de la campaña de Anslinger contra la marihuana). Si alguien se pone violento cuando bebe o cuando toma cocaína, que se lo piense antes de hacerlo, pero que no abdique de su responsabilidad personal cuando tenga que someterse a juicio por matar a su mujer. Quizás lo que se pretende con estas falacias es convertirnos a todos en menores de edad perpetuos, pero mucho cuidado con esto, que los niños perpetuos necesitan tutela a perpetuidad, algo que casa mal con una democracia social y de derecho donde los ciudadanos eligen a sus gobernantes.

Los drogadictos, su insaciable lujuria y la trata de blancas
Curiosamente, y en contradicción con este propósito de despojar de responsabilidad a los ciudadanos cuando se hallan bajo los efectos de una sustancia psicoactiva, nos encontramos con una tendencia opuesta por parte de los mismos prohibidores: la de responsabilizarnos por los males causados, no por las drogas, sino por su estatus legal. Empieza a ser agobiante tener que recordar todo el tiempo que las drogas han existido y existirán siempre, pero que sólo a partir de su prohibición mundial empezaron a surgir grupos mafiosos dedicados a su tráfico, envenamientos y adulteraciones, bancos dedicados a lavar los beneficios, narcoestados respetabilísimos, gulags creados en nombre de la libertad (al más puro estilo orwelliano) y una larguísima serie de efectos secundarios que no existían antes de que nos fuera impuesta esta amarga Purga de Benito.

Los causantes de este desastre, en lugar de asumir su responsabilidad por tantas promesas incumplidas y por empeorar considerablemente una situación que en el pasado no fue idílica, pero sí incomparablemente mejor que la que tenemos ahora (y, si alguien no lo remedia, ésta será preferible a la que viviremos en un futuro) han encontrado en los consumidores el chivo expiatorio perfecto para su incapacidad, su corrupción, su fanatismo y su contumacia.

No diga 'terrorista' Diga 'luchador por la libertad financiado mediante el narcotráfico'Son muchos los narcoburócratas que se han visto obligados a dimitir por sus corruptelas, grandes y pequeñas, pero se podrían contar con los dedos de una mano los que han tenido la decencia de dimitir por sus patentes fracasos, algo que no es de extrañar porque el concepto de responsabilidad política no existe entre los trabajadores del gremio. Los antecedentes del caso que ha motivado este post son numerosos. En 2001, la ONDCP acusó a los usuarios estadounidenses de financiar el 11-S (sigan la pista del ISI paquistaní, señores, y déjense de chorradas); John Walters, zar antidroga de EE UU, aplicó recientemente el mismo sofisma a la narcoguerra civil mexicana; Joaquín Villalobos, tonto útil a sueldo del pensamiento único, deliraba sin drogas en uno de los artículos más bochornosos jamás publicados por El País. Por último, los dirigentes del narcoestado colombiano gustan de señalar con el dedo a los consumidores europeos ("Tenemos que decirles a los europeos que esa raya de coca que esnifan está manchada con sangre") por los problemas derivados de su abyección al diktat estadounidense sobre políticas de drogas. ¿Quién da más en esta ceremonia de la confusión?

Walters, el zar antidroga que quería ser humanoSorprende que aún quede una sola persona inteligente que se trague estas memeces y que las suscriba sin más, como es el caso de Ignacio Escolar, director de Público, que ha avalado un post publicado en La Fragua sin aportar el menor argumento, y sorprende también el silencio de Toño Fraguas, autor del post, ante el debate que ha surgido en su blog.
"El brutal capitán Nascimiento se equivoca en muchas cosas, pero no esa apreciación: esa 'chinita' de costo, esa rayita o pastillita que cae en fiestas de modernitos que van de izquierdistas financia el sufrimiento de miles personas. Ese dinero engrasa la inmensa máquina de tráfico de mujeres, armas, niños... y no sólo en las favelas de Río.
El brutal hijo de puta que es el capitán Nascimento se equivoca en todo, y también se equivocan quienes, siguiendo sus pasos, pretenden eludir sus responsabilidades echándolas sobre las espaldas de los consumidores, víctimas de la locura prohibicionista y verdugos de nadie. Los usuarios, ricos o pobres, izquierdistas o derechistas, modernitos o carcas, concienciados o apolíticos, ya tenemos de sobra con la estigmatización y la persecución a las que estamos sometidos como para hacer de putas y pagar la cama, así que va siendo hora de que los verdaderos responsables de este sindiós se busquen otras excusas para su fracaso.

Por otra parte, cualquier consumidor que tenga un mínimo de decencia no podrá por menos que asumir plenamente sus responsabilidades por cualquier daño que pueda causar bajo los efectos de las drogas, desoyendo los cantos de sirena de quienes nos invitan a declararnos víctimas inocentes de una sustancia maligna. Libertad y responsabilidad van inextricablemente unidas, y si cedemos a la tentación de eludir la segunda, nos quedaremos irremediablemente sin la primera.

Todas las imágenes por cortesía de danostamper714, menos la de John Walters (Common Sense for Drug Policy).

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19 julio 2008

Tropa de Elite: pincho o pellizco

Prevencion y tratamiento, los dos pilares de la lucha antidrogaMuy oportunamente (por la cantidad de casos de corrupción policial relacionados con drogas que están saliendo a la luz en España), llega a nuestras pantallas Tropa de Élite, película brasileña que ganó el Oso de Oro en la última edición de la Berlinale y que, antes de esto, se convirtió en un auténtico fenómeno sociológico en su país de origen. Poco hay que objetar al magnífico trabajo de su director, José Padilha, pues la cinta es trepidante, te mantiene al borde de la butaca durante todo su metraje y los principales intérpretes, especialmente Wagner Moura, están que se salen. No obstante, las recurrentes comparaciones con Ciudad de Dios no le hacen ningún favor a esta obra, el recurso permanente a la voz en off se hace un poco irritante y el punto de vista elegido por Padilha ha dado pie a las interpretaciones más contrapuestas de su mensaje.

La versión brasileña del Muy Interesante tiene telaSe agradece que el realizador brasileño se olvide de la corrección política, huya de lo didáctico y presente al capitán Nascimento como el narconazi fanático que es, producto inevitable de una guerra perdida de antemano que, como en la leyenda urbana del "pincho o pellizco", sólo admite la alternativa, no menos indeseable, del policía corrupto hasta la médula. Sin embargo, Tropa de Élite ha tenido la consecuencia no prevista de generar una corriente de simpatía hacia la BOPE y sus métodos inhumanos, sin olvidar que la idea de responsabilizar a los estudiantes que fuman marihuana por el desastre sin paliativos de las favelas, por mucho que éste sea el punto de vista de un personaje muy concreto, se parece extraordinariamente a las falacias de un John Walters, por ejemplo.

Con todos sus defectos, esta película es muy necesaria, y si alguien, sea por ignorancia, por imbecilidad moral o por una pérdida absoluta de contacto con la realidad, considera que la solución al problema de las drogas pasa por la multiplicación de monstruos como el capitán Nascimento y por la aplicación masiva de sus tácticas, que se lo haga mirar urgentemente o que vaya comprando la camisa parda, el brazalete y el correaje.

Y para los ingenuos que crean que un cuerpo de este tipo se convierte en incorruptible como por arte de magia, aquí va un reality check:
«Tropa de Élite muestra una BOPE que el propio texto del film califica como "incorruptible", pero no todo es un camino de rosas en la policía militar, sino más bien lo contrario. En los últimos días, 58 policías militares fueron detenidos por su implicación en el tráfico de drogas y por delitos de extorsión en las favelas Santa Lucía, Imbarie, Duque de Caxias y la Bajada Fluminense"»
Candidatos ao Bope elogiam 'Tropa de Elite'

- Otras visiones de la película:
Tropa de elite. Acción cruda
Tropa de Elite sacude Brasil
Tropa de Élite (en Cineando)

- Entrevista con José Padilha en Rebelión
En El País: "Ni derecha ni izquierda pueden arreglar tanta corrupción en Brasil"

- Debate sobre la muy discutible tesis de que los consumidores somos responsables del desastre prohibicionista:

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En La Fragua
En menéame

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18 julio 2008

Off Topic: El programa de Zapatero

05 julio 2008

Leire Pajín y el cannabis

Leire Pajín: poder para cambiar las cosas
El inminente nombramiento de Leire Pajín como secretaria de organización del PSOE nos ha llevado a recuperar este artículo suyo, publicado hace ya cinco años en Salud y Drogas, revista editada por el INID. Dado que, desde su llegada al gobierno en 2004, el Partido Socialista se ha comportado peor que el PP en materia de drogas, llevando la represión a cotas jamás alcanzadas por ningún otro gobierno español, esperamos de la número tres del PSOE algo más que buena palabras mientras se nos muele a palos. Por ejemplo, una reunión con los representantes de las asociaciones cannábicas españolas para informar sobre nuestra postura y para que los buenos deseos expresados en 2003 -no sólo por Leire Pajín, sino por innumerables políticos del PSOE- se traduzcan cuanto antes en hechos.

«Otro ejemplo de actualidad y de especial incidencia en nuestra sociedad es la paradoja creada en torno al consumo de cannabis. El incremento en el tratamiento por consumo de esta sustancia en los últimos años, viene determinada por el incremento en las sanciones administrativas con relación a la penalización del consumo impulsadas desde que gobierna el PP y no por el aumento de los consumos problemáticos de esta sustancia. Es bien sabido que la mayoría de las personas que requieren tratamiento mantienen un consumo normalizado y lo hacen como medida para anular el importe económico que la sanción conlleva frente a una minoría que realmente tienen problemas en su relación con las sustancias. Por lo tanto este falso argumento persigue justificar de nuevo criminalizar a los consumidores y la utilización de medidas represivas.

Frente a estas medidas represoras y manipuladoras de la derecha, los socialistas estamos convencidos de que el aumento de la capacidad de la sociedad para la toma de decisiones libres y responsables en materia de drogas nos impulsa a considerar otras medidas bien distintas. Proponemos las medidas preventivas como prioritarias: la prevención del consumo de drogas en los centros escolares es una urgente necesidad desde el amplio contexto de la Educación para la Salud. Las actividades y los programas de prevención en entornos familiares, laborales, deportivos, y en las comunidades locales deben contemplarse como preferentes. Los problemas de consumo en la juventud nos motiva a diseñar desde criterios reales, y siempre contando con los sectores afectados, desde el análisis de sus necesidades.»

Fragmento de Adicciones, drogas y drogodependientes: resolviendo necesidades, artículo publicado en el Volumen 3, número 2 de la revista Salud y Drogas (2003)

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01 julio 2008

La mayoría de arrestos por cultivo de marihuana acaba en absolución

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Policía canadiense dando por culo- Las denuncias vecinales suelen originar casi todas las actuaciones policiales
- Un bufete jurídico ofrece sus servicios a los usuarios de una «tarjeta cannábica»
MANRIQUE C. SÁNCHEZ

EL CÓDIGO PENAL
Artículo 368: Castiga con entre uno y tres años de cárcel a quien cultive o trafique con cannabis sativa, o la posea con esos fines.

Jurisprudencia: La tenencia de menos de tres plantas en un domicilio particular no suele desencadenar actuaciones policiales. Un consumidor puede hacer acopio de hasta 120 gramos de marihuana.
La mayoría de detenciones efectuadas tras la aprehensión de pequeñas plantaciones domésticas de marihuana acaba con el archivo de las diligencias penales por parte de los jueces o con sentencias absolutorias tras la celebración del juicio, según coinciden diversas fuentes jurídicas consultadas para la elaboración de esta información.

Existen varias razones que explican esta situación. Quizás, la más importante sea la del resultado del pesaje que suele realizar tras las incautaciones el laboratorio de Sanidad Exterior, dependiente de la Subdelegación del Gobierno, que rebaja enormemente en sus informes la cantidad de sustancia psicoactiva realmente intervenida por las fuerzas de seguridad.

No es infrecuente que la Guardia Civil o la Policía intervengan en una vivienda particular una docena de cannabis sativa, las arranquen y luego las pesen con tallos, raíz e incluso la tierra. El problema es que sólo los cogollos de las plantas hembras son droga, ya que concentran el principio psicoactivo de esta especie: el THC (tetrahidrocannabinol).

De este modo, lo que en un principio se consideraba un kilo de estupefacientes acaba convertido en unos cuantos gramos. Y la jurisprudencia ha establecido reiteradamente que los consumidores de esta droga pueden hacer acopio para su abastecimiento personal de hasta 120 gramos sin que se pueda entender que existe una predisposición al tráfico ilícito. Siempre y cuando no medien otros indicios (empaquetado, balanzas de precisión o actos directos de venta).

Bastantes archivos

«Hay un alto porcentaje de archivo de casos porque la Guardia Civil remite las plantas a Sanidad Exterior, que las pesa y determina con exactitud la cantidad incautada», admite el fiscal antidroga de Alicante, Javier Moltó.

No obstante, el representante del Ministerio Público defiende la intervención de los cuerpos de seguridad si hay constancia de cultivos en una vivienda particular porque esa acción es «un ilícito administrativo».

La legalización de la marihuana y el hachís, sustancias que según la ley no causan grave daño a la salud aunque están perseguidas desde una convención internacional celebrada en Viena de 1961, ha generado un amplio debate social desde hace décadas.

Los cultivos caseros para autoconsumo están ampliamente extendidos en España. Algunas asociaciones favorables a la legalización de la marihuana vierten cientos de consejos legales en Internet destinados a que los consumidores puedan defenderse ante una hipotética detención.

Una de ellas ha ido más lejos y ha llegado a un acuerdo con un bufete nacional de abogados, Fraile y Asociados, para que preste asistencia jurídica a los usuarios de una tarjeta, «cannabica», por el precio de 50 euros anuales. Diversos patrocinadores, entre ellos distribuidores de semillas, que son legales, participan de esa curiosa iniciativa.

Fuente: La Verdad (Alicante)

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