Federación de Asociaciones Cannábicas (FAC)

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25 octubre 2007

Enlace se suma a la campaña contra la Ley Corcuera

Cristianismo y drogas: un cóctel explosivoExisten dos tipos básicos de asociaciones asistenciales en esto de las drogas. Por un lado estarían las que abordan el asunto como si las drogas fueran una burbuja completamente aislada de otras cuestiones sociales. Desde esta perspectiva, no cabe reflexionar sobre la eficacia de la política de drogas, la legislación, el verdadero bienestar de los usuarios, el impacto que tienen las campañas de propaganda y ya no digamos el sistema internacional de control de estupefacientes. Todo se da por bueno con tal de alcanzar los objetivos deseados: la abstinencia y la reducción de los consumos, por muy moderados que sean. La distinción entre mayores y menores de edad no existe. Si nuestras cárceles están abarrotadas, no es su problema. Si la promoción de la abstinencia supone la propagación de epidemias como el SIDA o la Hepatitis C, la cosa no va con ellos. Su lema podría ser "Que tu mano derecha no se entere de lo que hace la izquierda". Estas asociaciones no son conflictivas, acaparan fondos, abusan de la martingala de "los niños" para justificar la persecución de los mayores de edad, reciben un trato preferente por parte de los medios de comunicación y viven muy a gusto al abrigo del poder. Un buen ejemplo de este modelo sería el de Proyecto Hombre y similares,

Contra el poder y la prohibición que fomenta el narcotráficoLejos de esta postura, otras asociaciones contemplan el problema de las drogas desde una gran variedad de ángulos. Se preocupan por todo lo que las rodea, desde el presupuesto dedicado a Educación y Asuntos Sociales hasta la situación de los presos en las cárceles, pasando por el paro y la marginación o por definiciones del bienestar de los consumidores mucho más amplias que la mera abstinencia. Se fijan más en el hacinamiento crónico de nuestras prisiones y en la expansión del SIDA que en los niños que juegan en los parques o los camellos a las puertas de los colegios. Suelen ser críticas con el poder y los medios de comunicación y, como es lógico, son postergadas por unos y otros porque no comulgan con el pensamiento único sobre drogas.

Por estas y por otras razones, nos hace muy felices que la Federación Andaluza de Drogodependencias y SIDA (ENLACE) se haya sumado a nuestra campaña a favor de la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana y nos importa un bledo lo que haga Proyecto Hombre a este respecto. No sabemos a cuántos adictos habrán salvado del "flagelo" durante su lamentable trayectoria, pero ya va siendo hora de que está asociación supuestamente cristiana empiece a demostrar un poco de compasión hacia sus supuestos beneficiarios, porque, hasta hoy, ésta ha brillado por su ausencia. Con su pan se lo coman estos estómagos agradecidos.

Enlace apoya la propuesta de derogación de las sanciones por consumo y tenencia de drogas de la Ley de Seguridad Ciudadana

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