Federación de Asociaciones Cannábicas (FAC)

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16 marzo 2006

Francisco Ayala y las drogas

Francisco Ayala: Lucidez frente a la imbecilidad prohibicionistaHoy cumple cien años Francisco Ayala, y nada mejor para homenajearle desde la web de la FAC que este fragmento de un artículo donde con sencillez, inteligencia y una absoluta ausencia de moralina, este literato da sopas con ondas a tanto prócer moral, tanto inquisidor, tanto experto de pacotilla y tanto soplapollas como hay en el siniestro ámbito de las "drogodependiencias". Por supuesto que la situación de las drogas en 1988 (fecha del artículo) era paradisiaca comparada con la de ahora.

Especialmente indicado para ministros chaqueteros (Alonso) o talibanes de la salud (Salgado). Feliz cumpleaños, señor Ayala, de todo corazón.
"Durante el tiempo de mi juventud, y todavía bastante después, las drogas estaban a disposición de quien quisiera adquirirlas en la farmacia. Precisar el proceso que condujo a dicha prohibición y apurar las causas que originalmente lo desencadenaron, sin descuidar acaso el factor del puritanismo norteamericano donde hubo de originarse, sería indispensable para establecer sus resultados y averiguar si en realidad ha frenado el consumo de las drogas vedadas o, al contrario, lo ha estimulado. Sabido por demás es que la prohibición autoritaria invita a desafiarla y constituye un aliciente para reafirmar el yo deprimido. Pero esto no es lo más importante. Lo decisivo es que la prohibición, al encarecer enormemente el producto, que ahora sólo puede adquirirse por vías clandestinas, da lugar a esa organización formidable que no sólo distribuye la mercancía a un precio elevadísimo, sino que también la adultera en deterioro de la salud de sus consumidores: es el cuadro, ampliado, de lo que ya se vio en su día con la prohibición de bebidas alcohólicas en Estados Unidos.

Ahora bien, esa organización clandestina no se limita, algo que ya sería mucho, a satisfacer la demanda del producto prohibido; también se aplica a crear esa demanda, enganchando a la droga cada vez nuevos clientes, hasta el criminal extremo de propagarla entre los niños de las escuelas. No me parece aventurado adelantar la conclusión de que prohibirla y penalizarla ha contribuido, y muy poderosamente, a extender su consumo y agravar el problema, convirtiéndolo de paso en problema de seguridad ciudadana, por cuanto los adictos impecunes deben acudir a la violencia delincuente para procurarse por cualquier medio la dosis que ansían."
La droga, entre la moral y el derecho

4 Comentarios:

"Lo decisivo es que la prohibición, al encarecer enormemente el producto, que ahora sólo puede adquirirse por vías clandestinas, da lugar a esa organización formidable que ..."

Y, lo que es peor, les da poder político, tras las cortinas de ingeniería social, forrándose con el negocio, alimentando a terroristas, cruzándose con la pornoindustria y blanqueando la pasta con "cemento público" y minipisos.

Saludos
dices: 'la situación de las drogas en 1988 (...) era paradisiaca comparada con la de ahora.'

¿En qué sentido? Yo siempre he creído que la laxitud de la administración socialista, que les llevo a no darse cuenta del desmadre con la heroína, nos hizo (a los antiprohibicionistas) mucho más daño que bien.

Un abrazo
Hola, Lisergia:

Más que a aspectos locales, como el de la expansión de la heroína en España, me refería a una perspectiva global. Durante estos dieciocho años, las organizaciones criminales, el blanqueo de dinero y la corrupción institucional han experimentado un auge considerable, tanto en España como en el resto del mundo, por no mencionar la Ley Corcuera, que cuando Ayala escribió el artículo aún faltaban cuatro años para su entrada en vigor.
Felicidaes para el maestro Ayala. y para DDAA por este artículo.

El fundamentalismo moralino y represor es un acto criminal que algún día la historia pondrá en su sitio, aunque ya sea demasiado tarde para los millones de víctimas de esta Inquisisición de la modernidad y post.

Un saludo

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